Ya llegó, ya está aquí, el penúltimo capítulo de #Bandida, ¡¡para todos vosotros bandidadict@s!!
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La pierna de Garrett sangraba profusamente,
y dejaba a su paso un rastro de sangre. La sangre le abandonaba, pero no
desistió. Juntos abandonaron el lugar y atravesaron el horizonte tantas veces
como pudieron. Cuando la noche los cubrió, descansaron junto a un pequeño
manantial.
-¿Cómo sabías donde estaba el dinero?
–preguntó Kate, cuando ambos se deshicieron de las cuerdas que los ataban y de
la mordaza.
-Hay muchas cosas que no sabes –respondió
sombríamente.
-Pues cuéntamelas, ahora tenemos todo el
tiempo del mundo.
Mientras Garrett se vendaba el gemelo herido,
pensaba sobre si debía o no contarle a Kate.
-¿En realidad quieres saberlo?
Tras una pausa, tragando saliva Kate le
dijo: Sí.
-Biggs no mentía, decía la verdad. –una
losa cayó en el corazón de Katherine.
Si era cierto lo que él había dicho, y así
se lo confirmó Garrett, eso significaba que su padre había sido el traicionero
de la historia, llevándose el oro y a la chica. Todo parecía tan confuso y tan
claro ahora. El asedio sufrido, la huida
a las cuevas.
-Tu padre me lo contó todo, confiaba en mí.
Garrett observó a Kate, que se rascaba uno
de los brazos en actitud nerviosa.
-Él pensaba contártelo algún día, pero… no
creía que ninguno fuera el momento perfecto.
La mente de Kate no paraba de dar vueltas.
Todo en lo que había creído había sido falso, ¿habría alguna verdad?
-¿Y porqué escogió la cueva para esconder
el botín que robo?
-El botín ya estaba allí, fuimos nosotros
los que al mudarnos acabemos juntos. Eso fue una estupidez –dijo Garrett.
-¿Y ahora? ¿Qué haremos?
-Pues tu deberías cruzar el río, e
instalarte en la ciudad.
-¿Y tú?
-Yo debo volver y morir por mis pecados.
-¿¡Qué?! ¡No! Tú te vienes conmigo, volver
significa la muerte, cruza el puente conmigo. Formemos una familia y
olvidémonos del pasado.
Y hasta ese momento Katherine no se dio
cuenta de que la idea de crear una familia con Garrett había estado tan
arraigada en su mente.
Tras una pausa, Garrett tragó saliva y
habló.
-Es imposible dejar el pasado atrás. Uno
nunca deja de ser un bandido.
Arrodillándose delante de él, le cogió las
manos y le dijo:
-Sí podemos, juntos, tú y yo –e imágenes de
Garrett y ella casándose abarrotaron su mente. Ellos felices, con hijos,
haciéndose viejos juntos.
-No, de ninguna manera. Si algo he
aprendido de esta vida es que la sangre no se va de las manos, y mucho menos
puedes escapar sin que algo de tu pasado vuelva a ti.
Unas lágrimas cayeron por el rostro de
Kate.
-No me iré sin ti.
-Sí, sí que lo harás –dijo mientras acunaba
su rostro con sus manos.
-Pues me quedo contigo.
-No, Kate, no.
-¿Cuidarás de Maggie? –dijo en un susurro.
-Desde luego.
La trajo hacia sí, y apoyada en su pecho
escuchó su corazón, latía desbocado.
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