Siempre me
habían dicho que estaba como ausente, que no tenía sangre, o cualquier símil
que se te pueda haber ocurrido usar para definir a alguien que no es dueño de
sí mismo.
Todas las mañanas al despertar,
hacía un esfuerzo inmenso por levantarme y vivir. Sí, lo has leído bien, hacía
un esfuerzo por vivir. Puede que para ti, vivir sea un efecto colateral de
respirar, para mí era algo extra que me hacía esforzarme el doble, yo sería más
feliz sin esforzarme tanto.
¿Nunca has dejado de ser? Notar
que te fundes con el colchón de tu cama, dejar de pensar y cerrar los ojos
disfrutando de la oscuridad. Ése era mi hobby, o al menos lo era antes de que a
la comunidad de vecinos le diera por pensar que yo había muerto en mi casa,
solo. ¿Morir?, demasiado fácil para mí.
Un día, para mi disgusto, unos
ruidos rompen la apacibilidad de mi casa, llenando mi anhelado silencio en una
hecatombe. Abro los ojos asustado por el atronador ruido, ¿y qué me encuentro?
Unos policías municipales, con más cara de ser vándalos que el cuerpo de seguridad, alumbrándome la cara con una jodida
linterna.
¿ Para cuando más? :P
ResponderEliminarPues, pues, pues... Espero que dentro de poco tener más escrito e ir subiendolo!!
ResponderEliminarMuchas gracias por leer y comentar!! :D
Besis